domingo, 9 de septiembre de 2012

Kobe y Osaka

La primera parte de este día la pasamos en tránsito - primero teníamos que ir a Osaka, cargados con mochilas y maletas. Desayunamos en la estación de Kyoto - aquí tenéis el desayuno de Olga:


El bollito con forma de conejo estaba relleno de crema. Entre él y el caramel macciatto, hay una tarrina de sirope - azúcar ya disuelta en agua. Se disuelve mucho mejor que el azúcar sólida, incluso en agua fría. Lo tienen en todas las cafeterías a las que entramos en Japón.

Una vez dejamos las maletas en la habitación de Osaka, cogimos un tren a Kobe. Aquí pecamos de novatos, yendo en Sinkansen (el famoso tren bala japonés, muy caro, ahora que ya se nos había agotado el JR pass) en lugar del tren local (más barato).

Llegamos a las afueras de Kobe a la hora de comer. Así que fuimos a probar la famosa ternera de Kobe. Fuimos a Wakkoqu, un restaurante muy famoso en internet, porque hablan en inglés.

El menú más barato de Wakkoqu cuesta unos 3000 yenes, o 30 euros. Pero en ese caso no te sirven carne de Kobe auténtica, sino una de otro tipo. Si quieres un menú de auténtico buey de kobe, tienes que gastarte 5000 yenes.

Nosotros optamos por pedir un menú de 3000 y uno de 5000 (ya que estábamos allí...), ambos consistentes en un filete con varias guarniciones. Al principio nos presentaron los filetes. El buey de kobe auténtico está en primer plano, y el "barato" detrás. Los dos estaban muy buenos, los cocinaron delante nuestra en una plancha, y nos fueron contanto cómo comer las guarniciones y las salsas.

Estaba muy rico, el buey de Kobe se deshacía en la boca. Pero no estoy seguro de que mereciera la pena el desembolso.


Otra de las cosas que me sorprendieron de Kobe fue el tamaño de la ciudad. Por alguna razón imaginaba que Kobe sería una pequeña ciudad costera, rodeada de granjas. Nada más lejos de la realidad.



Lo que véis en la foto anterior son tres niveles distintos de autovía, y luego a nivel de suelo, un puerto. ¡Y menudas torres!

Kobe también tiene un barrio chino (apenas tres calles). Nos hicimos muchas fotos en él. Aquí me tenéis frente a una de sus puertas:



Y aquí a Olga, en la plaza central de chinatown. Las estatuas grises de alrededor son animales del horóscopo chino.


También encontramos una tienda con muchos productos de Bruce Lee:


Aquí un servidor caracterizado.


Fuera de chinatown, nos dirigimos al puerto. De camino para allá encontramos este "pescadito", diseñado por Frank Gehry.


Desde el puerto había unas vistas maravillosas de la ciudad:


Nos despedimos de Kobe, porque queríamos pasar la noche en Osaka. Nuestro hostal estaba en Amerikamura, un barrio "inspirado en Estados Unidos". Como otras partes de Osaka, de noche, se transforma.


Desde Amerikamura fuimos a Dotonbori, un barrio famoso por sus neones. El luminoso de Glico de abajo es un clásico, parecido al de Swcheppes en Madrid. Aunque no destaca tanto en este entorno:


Dotombori también es famoso por los exteriores de sus locales, recargados y estrambóticos:




Acabamos la noche comiendo una de las delicias locales: takoyakis, unas bolas de masa con un trocito de pulpo en su interior. Aquí tenéis el local, que debía ser famoso, porque siempre tenía cola:


Y los takoyakis tenían esta pinta. Estaban mucho más ricos que los que comimos en Tokyo.


Esa noche nos acostamos "tarde", para ser Japón - a las doce y media. Tuvimos ocasión de ver a algún Japonés ebrio, tirando basura al suelo, o incluso orinando en una esquina. No me habría sorprendido ver un unicornio paseando por allí también.

En total, un último día muy completo.

No hay comentarios: